Con el ritmo de vida que llevamos, las prisas, el estrés, las obligaciones… a muchas personas tomar sus ovillos de lana y sus agujas, y dedicarle un tiempo a tejer les resulta un auténtico placer y privilegio. Se trata de un momento de distracción en el que eligen el color de la prenda u objeto decorativo que quieren tejer, la forma, el tamaño, y a quién se lo van a regalar, etcétera. Además, es una actividad que se puede realizar en cualquier lugar y en todas las épocas del año, convirtiéndose así en una vía de escape del estrés para muchas personas.
Tejer como terapia antiestrés
Mientras se está tejiendo una nueva prenda no solo nos divertimos, sino que también nos relajamos, algo que se ha demostrado con diferentes estudios. Uno de ellos fue el realizado por Knit For Peace, una ONG británica en la que colaboran más de 22.000 personas que tejen para personas necesitadas. Gracias a la experiencia de sus miembros, quienes afirmaban que tejer les aportaba beneficios a la salud, la ONG dio el paso e investigó sobre los efectos de esta práctica. Con una muestra de 1.000 tejedores, pudieron comprobar que el 92% de ellos presentaban mejor estado de ánimo, mientras que el 82% afirmaba que esta técnica les ayudaba a relajarse.
Mientras se teje podemos llegar a un estado de relajación porque:
Beneficios de tejer para tu cerebro
Es lógico indicar que tejer favorece la salud de nuestro cerebro, ya que nos divierte y nos relaja mientras realizamos esta actividad, pero lo cierto es que aporta aún más beneficios a nuestra salud mental, ya que:
Tejer ayuda a mejorar la salud física
Como hemos visto, mientras tejemos mantenemos activos nuestro cerebro, nuestros sentidos, y nuestras manos. Se trata de una actividad manual de la que se puede beneficiar todo nuestro organismo. El hecho de que mejore nuestro estado de ánimo y nos ayude a relajarnos, ya resulta una píldora de salud pero es que, además, la liberación de endorfinas y el estado de concentración en el que nos obliga a estar, contribuye a reducir la tensión muscular y la sensación de dolor.
Estos beneficios convierten la práctica de tejer en una terapia complementaria para personas con enfermedades mentales como la demencia, el alzhéimer o trastornos psicológicos, pero también para quienes padecen una patología reumática o medular, cefalea, o algún tipo de cáncer que les provoca dolor físico. En el caso de las enfermedades reumáticas, como puede ser la artritis reumatoide o la artrosis, cuando afecta en las manos, tejer puede ayudar a las personas que la padecen a evitar la rigidez, la falta de movilidad, la inflamación y el dolor que provocan, ya que, lejos de lo que se pueda pensar, el constante movimiento de las manos ayuda a ralentizar la degeneración asociada a estas enfermedades.
FUENTE: webconsultas.com
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